domingo, 16 de marzo de 2008

Desertor cubano pasa de héroe a villano en Miami


Cuando hablas de libertad, es porque la tienes, si no fuera asi, estarias consiguiendola. (Abel Desestress)

La novelesca fuga del general cubano Rafael del Pino en un bimotor Cessna con el que aterrizó en Cayo Hueso en 1987 fue descrita por el gobierno de Ronald Reagan como uno de los golpes de los servicios de inteligencia más grandes asestados en la prolongada guerra fría contra Fidel Castro.

Del Pino era el militar cubano de más alto rango en desertar a Estados Unidos, tras ascender de piloto de combate a subjefe del estado mayor conjunto de las fuerzas armadas.

Veinte años después, escribió un par de artículos publicados por medios en español en los que propone un acercamiento entre Cuba y Estados Unidos, lo que motivó una hostil reacción de prominentes miembros de la comunidad cubana de exiliados.

Del Pino respondió radicando una demanda en la que pide una compensación económica por lo que describe como una campaña destinada a silenciarlo a partir del uso de programas de radio y televisión en español para criticarlo. El ex militar afirma incluso que en un programa de radio lo amenazaron con lincharlo.

El objetivo de la campaña, dice del Pino en su demanda, es "hostigar, intimidar y, en última instancia, ejecutar" tanto a él como a su familia.

Los demandados, entre ellos líderes de la Asociación de Veteranos de Bahía de Cochinos y la cadena televisiva Univision, dicen que las acusaciones de amenazas son exageradas y que están en su derecho de criticar los puntos de vista de del Pino.

"Fue criado en un régimen comunista represivo y no está acostumbrado a las críticas", afirmó Miguel de Grandy, abogado de la periodista radial de Radio Mambí Martha Flores. "Uno tiene derecho a expresar enérgicamente un punto de vista diferente".

Las discusiones apasionadas entre los exiliados cubanos moderados e intransigentes en torno a las relaciones con Cuba son moneda corriente en Miami.

Si bien cada vez más cubano-estadounidenses prefieren una política más moderada hacia la isla, aquellos que apoyan el levantamiento del embargo económico estadounidense o una liberalización de las normas para viajar a Cuba reciben una lluvia de críticas de los cubanos de línea dura, según Benjamín Bishin, profesor de ciencias políticas de la Universidad de California con sede en Riverside, especializado en temas hispanos.

"El problema parece haber mermado en años recientes, pero conozco historias de prominentes encuestadores que recibieron amenazas de muerte de los sectores intransigentes luego de reportar tendencias más moderadas en el exilio", manifestó Bishin. "No se habla mucho de que en la década del 70 y principios de los 80 no eran inusuales los atentados e intentos de asesinato con fines políticos en Miami".

Lo que no es común en este caso es la prominencia de los involucrados y la decisión de del Pino de acudir a los tribunales para responder a quienes lo cuestionan.

Entre los acusados figura el ex agente de la CIA y veterano de Bahía de Cochinos Félix I. Rodríguez, el máximo funcionario municipal de la vecina localidad de Hialeah y el conductor y el productor de un popular programa de televisión.

Del Pino fue resistido por ciertos sectores desde el primer momento y muchos cubanos dijeron que jamás le perdonarían el que haya combatido contra los exiliados que trataron de derrocar a Castro con la fallida invasión de Bahía de Cochinos en 1961.

"Este señor peleó en contra nuestra en Bahía de Cochinos. Mató a algunos de los nuestros", declaró Pedro P. Rojas, quien alguna vez fue portavoz de los veteranos de esa invasión.

Del Pino había hecho una vida tranquila en Miami hasta el verano pasado, en que publicó artículos en los que proponía negociaciones con el gobierno interino de Raúl Castro, quien asumió el poder luego de que su hermano Fidel sufrió un grave problema intestinal.

Pocas semanas después de la publicación de ese artículo, se hizo un juicio simulado a del Pino en un canal de televisión en español. El conductor del programa, Oscar Haza, hizo de fiscal y tres veteranos de Bahía de Cochinos, incluido Rodríguez, fueron los jueces. Del Pino fue tildado en el programa de "traidor de la revolución cubana" y de "doble agente cubano", según la demanda.

"Los participantes parecían hostiles, indignados y se expresaron de forma amenazadora hacia del Pino", señala la demanda.

Previamente, alguien que llamó a un programa de la Radio Mambí propuso que del Pino fuese linchado por una turba en la Calle 8 de Miami, considerada el corazón de la Pequeña Habana. En el programa de televisión se suministró la dirección de la casa de del Pino.

Del Pino aparentemente ya no vive en esa casa y no fue posible ubicarlo para hablar del caso. Un abogado que lo representa no respondió a los mensajes que se le dejaron.

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